Sutra de la imagen corporal.

Ok, es momento de reconocerlo: alguien aquí tiene un problema. Y no es que tener problemas sea algo digno de un Sutra, todo el mundo padece problemas y, la verdad, no anda por ahí desarrollando ociosos artículos al respecto; pero vamos, hay de problemas… a problemas.

¿Que tal un carpintero cuya casa ya no puede sostenerse de tanta polilla?, o quizá se antoje mas un policía al que le han robado la cartera. Finalmente todos son seres humanos, tan susceptibles de fallo y tan perfectibles como el resto de los mortales; desde el ortodontista con caries, hasta el relojero que no haya la forma de llegar a sus citas temprano, pasando, por supuesto, por el psicólogo que tiene problemas de imagen corporal. O qué, ¿es que un oficio puede vacunarte contra los avatares de la vida?

Así, habiéndome curado en salud, me doy a continuación, y de forma sucinta, a la tarea de exponerte mi caso.

Ocurre que cuando me miro al espejo me gusta el reflejo que recibo de vuelta: se trata de la imagen de un hombre instalándose en sus treintas, de estatura medianamente superior al promedio, rasgos expresivos y poco comunes para este poblado rinconcito del globo, cabello a rape que brilla a la luz por mi creciente colección de canas, hombros voluminosos, brazos fuertes, pecho amplio y un raro mix entre pancita desenfadada y abdomen de lavadero. Sí, me gusto, y juro que le echo ganas cada día para seguirme gustando.

Así, no me extraña que las personas expresen que me consideran atractivo; es algo que, porque lo sé, no me hace falta escucharlo. Mi ego actualmente se nutre de otras circunstancias. Sin embargo, aún a sabiendas de tener un buen cuerpo, de ser atractivo y socialmente competitivo, en los últimos meses la retroalimentación de la gente al respecto de mi apariencia me ha dejado frecuentemente atónito.

Volvamos al punto: soy atractivo, pero no creo serlo de manera especialmente sobresaliente; me gusta mi cuerpo, pero hay mil hombres con un cuerpo mucho mejor que el mío; y sin embargo, de repente alguien a quien yo podría admirar por su figura francamente envidiable, me dice que desearía tener mi desarrollo muscular, o que le resulto muy atractivo; personas esperan de mí ciertas actitudes de alguien que podría darse el lujo de tenerlas, y sin embargo yo difiero y me ahogo en una curiosidad que de momento parece inexpresable: ¿qué es lo que ellos ven?.

¿De qué manera me vería a mi mismo si los ojos que empleara no fuesen los míos?

Fue a los 25 años que acudí a un fotógrafo profesional para que me hiciera un estudio fotográfico por primera vez, a los 27 la segunda y, por supuesto, ni en una ni en la otra tuve que pagar, pero tampoco quise cobrarlas. Podría agregar que, como dicen, yo no me desvisto para exhibirme vulgarmente frente a una cámara, lo mío ha sido, más bien, desnudos puramente artísticos.

Es bien interesante lo que resulta cuando alguien se propone utilizar tu imagen para expresar algo, por muy simple que sea la idea que se haya planteado al pulsar el obturador. Cuando ves la imagen que un fotógrafo ha tomado de ti, lo que ves en mucho es la subjetividad con que matiza eso que en ti su ojo ve, lo que le significas o lo que le recuerdas. A raíz de estas dos sesiones fotográficas, fue que inicie la construcción de la imagen que hoy tengo de mí mismo; ocioso es mencionar que a partir de entonces empecé a sentirme orgulloso de ser yo.

Recuerdo que a los 24 alguien me dijo, sin darse cuenta del efecto que tendrían sus palabras: “¿porqué traes tanta ropa encima?”. Yo en ese momento no entendí bien si se refería a mi chamarra, a las dos camisetas que invariablemente traía puestas o a la camisa que iba bien abotonada en medio, pero el hecho es que a partir de ese momento empecé a quitarme tanta prenda de encima y, evidentemente, jamás dejé ya de hacerlo.

Esas palabras me llevaron a enfrentar una muralla que construí simplemente con ropa, para protegerme en última instancia de las miradas del mundo y en primera instancia de mi propia mirada. Sucede que hasta entonces me había visto a mí como había sido enseñado a verme y a través de los valores con los que fui enseñado a valorarme. Cada cosa es a su vez metáfora de algo más, y elegir quitarme la ropa fue elegir la alternativa de verme a mi mismo tal cual era.

De este modo me fui conociendo, un asunto pendiente que obviamente me había quedado en el tintero desde la adolescencia, y me construí una imagen más favorable de mi.

La imagen corporal se compone de todas esas cosas que tu propio cuerpo te significa: ¿te ves muy flaco?, ¿te sientes gorda?, ¿crees que tu nariz es desproporcionada o que tus manos son demasiado pequeñas?, ¿te gusta lo que ves en el espejo?, se trata de tu representación mental de tu silueta corporal, su forma y tamaño, y está directamente influenciada por tu historia de vida, tu cultura, lo que te han enseñado, tus propias consideraciones y subjetividades, y también del efecto concreto de la biología.

¿Qué me significa a mí mi cuerpo? Sé, por ejemplo, que puedo usar mi estatura para apoyar mi lenguaje corporal cuando se trata de influir a otros con mi opinión, que el estar rapado y mi musculatura son herramientas que pueden evitarme sufrir imposiciones, o que mis facciones y gesticulación me simplifican mucho vender una idea. Sin embargo, puede ser que no desee siempre contar con estas posibilidades, o que no quiera responder a las expectativas que los demás tengan de mí debido a mi apariencia; si es así, tal vez querré mantener una auto - percepción disminuida para no sentir que tengo tantos retos por afrontar, o quizá tantas responsabilidades de las cuales encargarme.

Frecuentemente la imagen corporal que tenemos de nosotros va por un lado y nuestra realidad física se va por otro, y con lo anterior, vale la pena considerar que a veces nos es muy conveniente mantener una imagen corporal determinada, que no se ajusta a nuestra verdadera apariencia: ¿a ti de que te salva sentirte gordo?, por ejemplo, ¿puede ser que de ese modo encuentres la justificación para no esforzarte en tus relaciones con los demás?, eso suena fuerte, pero quizá pase más bien que hayas descubierto que siendo gordo puedes hacer mejor conexión con las emociones de los demás, o que no se te exige tanto. Cada quien puede rascarle para conocer su propia respuesta, solo considera que todo funciona para algo, pero nada funciona para siempre; así que cuando las cosas dejan de funcionar hay que hacer un cambio.

Bueno, de nuevo: si la imagen que tienes de ti misma o de ti mismo te tiene en más desgracia que gusto, cámbiala. Acepta los cumplidos, no cuestiones cuando te digan lo bien que te ves, trabaja cada día en parecerte más a como te gustaría ser, no te descalifiques, y echa mano de los atajos: anímate a preguntarle a los demás de qué manera te ven, suena raro, pero de seguro que es útil.

Y si todo te falla, redacta un Sutra escribiendo lo que piensas al respecto de la imagen corporal y trata luego de llevarlo a cabo, para que al menos, cambies debido puramente a un afán de congruencia.

2 comentarios:

ninocrono dijo...

Wow, ¿Entonces no por que seamos expertos en nuestra materia significa que ya nos salvamos, verdad?

Podría sorprenderme con las confesiones que redactas en estas lineas:"¿Yo atractivo?", "¿Que me ven?", "A veces no me gusto" ó "tal vez no me siento a gusto con lo que soy aun"... sin embargo como bien dices, no me sorpendo ya que no dejas de ser humano y por demás perfectible (Ja esta, palabrita "perfectible", perdona por la pausa que hago, pero es que esta palabrita te la aprendi y en verdad me gustó. Es muy buena ^_^)

Regresando, pos me temo que con todo y todo lo que sabes, aun te falta ondar en esta area, pues si no entiendes o dudas que es lo que los demás ven ó la razón por la que llegan y te dicen: "Me gustas", "Me gustaria ser como tu en ... ", "Te admiro en...", etc,etc. Es por que has olvidado que una cosa es la autoimagen que tu tengas de ti mismo y otra la imagen que las personas que te conocen tienen de ti.

Tú podras decir que no eres tan guapo como te dicen, por que aun te falta trabajar y definir ese abdomen ó que tal vez eso de estar rapado no es tan tan "in"... Sin embargo y creo que hay que dar gracias por ello, resulta que cada una de las personas que conocemos, ven las cosas distintas a uno, por el simple hecho de que ellas no son uno mismo. Para ti tendrá mucho peso el abdomen, pero para otro, eso sale de sobra cuando te ve en conjunto.

Je... sé que esto lo sabes; pero como buen humano tienes tus momentos de duda y confusión. En lo personal te cuento, que tampoco me salvo, si vamos a inseguridades en este sentido creo que yo tengo una inseguridad algo grande, jejejeje. Y pues trabajo en ello, pues las ideas y cosas que de mi dijeron en un pasado, vaya que me impactaron y hoy trabajo para liberarme de estos monstruos que en lugar de ayudarnos y permitirnos vivir felices, nos enturbian el camino y nos llena de tonterias la vida.

Por el momento, la solución que yo encontré para enfrentar esos momentos de duda, son:

- Como lo dices, aceptar los comentarios que las personas te digan, aunque uno no lo vea o aunque uno no sienta que se es las palabras que comentan, aceptarlos. Es curioso a medida que uno acepta esos comentarios, la gente te dice más y pues se siente muy bien ^_^.

- Cuando estas dudas invaden tu mente, tomate unos minutos y cállala, haz que se haga silencio en tu mente y entonces recuerda que tal como eres, eres perfecto y dite todas las palabras que te nazcan.

Al final, puede ser que lo que la gente ve tanto en ti, se debe a que tu llevas relizado un trabajo acerca de esta area y aunque sientes que te falta, en realidad hay muchas otras areas que ya has superado y por tanto lo proyectas y eso la gente lo nota. Como bien dicen te crees que eres algo y eso lo proyectas, aunque por momentos tal vez en realidad no lo creas...

¡Que locura! Lo dicho y hecho, los humanos somos algo complicados ^_^


Y pues ya lo dejo aqui por que esto no parece un comentario sino una disertación, jejejejeje.

Ciao, my friend!

PegasusKukl dijo...

Ja, graciosamente esto conversaba en mi sesión pasada con mi terapeuta... me gusta mucho tu punto de vista (en este y otros sutras).


Saludos desde Monterrey.


P.D. Y sí, eres MUY guapo.