Hoy por la mañana me desperté de lo más motivado para empezar el día, dispuesto a hacer mis mejores esfuerzos para ganarme ese aumento con el que llevo meses presionando a mi jefe y ganarle a Álvarez, el de contabilidad, el lugar en el estacionamiento. Era uno de esos días en los que uno siente que puede comerse al mundo completo de un bocado.
Me levanté de la cama, me dirigí a la ducha como todas las mañanas, y entonces me encontré con el horror al que todos le tememos: mi abdomen. Ustedes comprenderán: bajé la vista y me vi directamente los pies, NADA se interponía entre ellos y mi mirada, solo el vacío extenso y translucido de mi falta de barriga. Llevé mi mano, como seguramente ya a algunos de ustedes alguna vez les habrá pasado, llevé mi mano mecánicamente al área en cuestión y solamente me encontré una serie como de seis montecitos haciéndole cuadrícula a mi estómago, pero de ese bulto grandioso que exhiben los modelos de revista, nada.
Tuve que reconocer, entonces, que soy una víctima más del tan temido estómago arrugado. Por eso, el día de hoy amigos y amigas, vamos a dedicar nuestra charla a este enemigo de la imagen pública, a este íntimo traidor que tanto a los unos como a las otras nos impide alcanzar plenamente las anheladas curvaturas de nuestra silueta. Respiren conmigo: uno… dos… denle un mordisco al entremés que hayan puesto a un costado del monitor, y comencemos. Tres.
Antes que todo, debemos detenernos para reflexionar acerca de nosotros mismos. ¿Cuántas veces nos hemos sentido decepcionados porque nuestra barriga no es como la de Jennifer Maruchan, la estrella adolescente de “Perdidos en el refri”? El primer error que cometemos al evaluar nuestra silueta estriba en que no nos comparamos con Juanito de los Palotes, el vecino del 4 –A, sino con modelos profesionales que desarrollan su cuerpo con le apoyo de profesionales. Además la genética ayuda mucho a algunos y a otros les pone mil banquitos con los cuales tropezarse.
Yo, por ejemplo, era cuarenta doble D en mis años de juventud y, por supuesto, era el hit del momento. Lamentablemente hemos de irnos adaptando al paso del tiempo y aceptar que no podremos mantener la misma talla por toda la vida. ¿Con quién te comparas tú? Cuando nos comparamos, establecemos objetivos: “Quiero ser como la Maruchan”, por ejemplo; y nos sentamos así una meta que no es realista para nuestra edad, complexión y demás factores. Antes de iniciar un régimen para vernos como queremos, debemos forzosamente ser realistas con lo que tenemos. Aceptación, esa es la clave.
Ahora, la elección del brasier inferior es de crucial importancia. Es increíble la cantidad de veces en las que me he topado con hombres y mujeres que saben combinar un Gucci para una cena de gala pero son incapaces de escogerse la talla adecuada de brasier. No damas y caballeros, este punto no es algo que pueda pasarse a la ligera.
Lo primero es el ancho de tu cintura. La mayoría somos talla 40, 42 y por ahí, pero existen personas que son incluso tan delgadas como para entrar en un talla 38 sin problema. De ahí viene el tamaño de bowl, que, de hecho, es igual que con las copas cuando hablamos del busto de las mujeres. Hay talla A, B, C, D y doble o triple D de bowl. La idea fundamental es que te tomes la medida en la circunferencia adecuada para que puedas sacarle el máximo provecho al brasier que vas a comprar: el bra puede levantarle la barriga espectacularmente, impedir que rebote tanto, moldearla o, incluso, hacerla ver unos centímetros más grande. El chiste es saber preguntarle al dependiente de la tienda al momento de hacer la compra. Caballeros, no se sientan apenados por preguntar; es una pena que por hacer el papel del “yo lo se todo”, terminen con sus barrigas moradas por un brasier que les corta la circulación a la altura del ombligo.
Una sugerencia: cuando se prueben el brasier por primera vez colóquenlo en lo más flojo del resorte alrededor de la cintura. Es un error creer que la barriga se detiene de los tirantes; no, su soporte fundamental es el resorte que recorre la cintura y por ello hay que probarlo flojo, porque con las lavadas y el tiempo, éste se va aflojando y dando de sí, lo que arreglamos ajustándolo paulatinamente. Si se lo prueban en lo más justo, se va a aflojar y al quedar guango no les va a quedar otra que tirarlo.
El otro día me topé en casa con una revista de esas que son para adultos, la olvidó mi sobrino cuando llegó de fin de semana. El nombre era “Super bowl” y ya se imaginarán las dimensiones de los modelos y actores que aparecían en ella. Es conveniente mencionar que para alcanzar esas magnitudes es necesario una operación de lipoescultura que es realmente incómoda, costosa y de una rehabilitación muy larga. El otro día escuchaba de una nueva técnica de agrandamiento de barriga mediante cojines de silicón, la verdad es que las deja de un picudito muy sexy.
Pero hablemos del estómago arrugado. A cuántos no los ha sucedido que en los momentos de intimidad recorres con la punta de tu dedo, casi sin hacer presión, la piel de tu pareja desde su pecho hacia abajo, en dirección a la zona interesante, esperando al estar próximo subir la colina de su vientre y descender hacia el éxtasis de su sexo en una sensual caída; pero en lugar de eso te encuentras con una carretera plana con esos bachecitos de su estómago arrugado. Vamos, que es como esos vibradores que ponen en las avenidas para que los autos reduzcan su velocidad, ya uno, como a los autos, esos cuadritos no solamente le reducen, sino le detienen por completo cualquier velocidad.
Peor aún cuando ese horrible lavadero le pertenece a uno.
Hace unas semanas, un compungido caballero me contaba que para poder ligar en el restaurante necesitaba amarrarse una almohada a la panza, de esa manera al menos tenía la oportunidad de acercarse a una charla más o menos decente. El hombre había empezado un régimen de barriga sin grandes resultados y se hallaba muy desconcertado cuando vino a verme.
¿Qué NO debo hacer para que mi rutina de barriga realmente funcione? Lo primer que debes evitar es perder la postura. Hay personas que caminan con el estómago hacia adentro presionando las costillas hacia el interior, de manera que evitan el que los músculos del abdomen se relajen y puedan colgar libremente. Examina tu postura en el espejo: si al llenar tu estómago de aire cuando respiras tus costillas quedan apretadas hacia el centro, tu barriga no tendrá la libertad necesaria. Encorvando un poco tu postura podrás restar tensión a la zona y dejar que lo que debe colgar, lo haga con alegría.
Otro tip: ¡cuidado con las manías! Así como la anorexia o la bulimia, hay conductas que atentan directamente en contra de tu figura: el ejercicio. En la actualidad las secretarias de gobierno en diferentes países se han negado a reconocer al ejercicio como un problema de salud pública; estamos hablando de gente, hombres y mujeres, que no se permiten guardar reservas de energía en su cuerpo y queman los sobrantes mediante exhaustivas rutinas de gimnasio. Si tu eres de esos, no esperes a que alguien te haga reflexionar; reflexiona por ti mismo. El ejercicio impide que acumules grasas y eso va en detrimento de tus curvas: la barriga, al igual que el busto en las mujeres, se constituye de tejido adiposo que se quema con el ejercicio, por eso tanto los ejercicios para el pecho como ciertos abdominales lo único que harán será reducir tu talla arriba (en caso de las féminas), o abajo (en el caso de ambos).
Lo peor para la barriga es el llamado cardio, el ejercicio cardiovascular. Según los médicos, si bien las abdominales no reducen del todo el tamaño de tu bulto ventral, el correr demasiado, nadar, saltar la cuerda o caminar queman la grasa de forma tan generalizada que por fuerza reducirán tu talla de bowl. Así que si sientes la necesidad de salir corriendo o aventarte al mar por alguna extraña razón, cuida de no moverte por más de quince minutos a un esfuerzo de mediano a intenso, porque empezarás a quemar tus redondeces.
Ahora que, si te tropezaste con un gimnasio y no pudiste fugarte, si tienes el área del estómago rígido y no cuelga tu barriga como debiera, o si corres de más por llegar temprano a tu oficina, los siguientes tips son para ti:
Come frutas y verduras... no es cierto. Como todos saben, la cáscara de muchos vegetales y la pulpa de algunos contiene fibra, una materia indigerible que arrastra consigo los lípidos de los que se constituye el tejido adiposo que a su vez conforma la barriga. Evítalos. Por el contrario, acércate a tu proveedor de hamburguesas local. Como ya se mencionaba en la famosa película aquella, para obtener unas curvas impresionantes acostúmbrate a aceptar ese extra que en los fase food te dan por unos cuantos pesos más: ¿desea papas y refresco grandes en su combo por tres pesos extra?
Relájate, no corras a todos lados y reduce tus actividades físicas. Bien dicen que el fútbol es mejor en el sillón frente al televisor, y no sólo el fútbol. Las actividades físicas exhaustivas someten el cuerpo a un estrés que te hace crecer donde no debiera haber curvas: brazos gruesos, hombros como melones y etcétera. El ejercicio físico moldea tu sistema muscular y esquelético a un nivel en el que con el paso del tiempo es difícil recuperar la anterior silueta. Un riesgo que nadie sensato debería tomar.
Finalmente, bebe la menor cantidad de agua posible. La barriga alcanza un Triple D cuando nos hemos acostumbrado a introducir nutrientes en nuestro cuerpo sin necesidad de expulsarlos de nuevo; el agua, por definición, opera arrebatándonos ese material que necesitamos acumular en nuestro interior para vernos redonditos y barrigones. Por ello, evita el agua y bebe refrescos, aspa en lugar de quitarle a tu cuerpo, le estarás dando más, y más, y más, hasta ser la envidia del restaurante.
Así pues, la decisión está en ti; de ti y tu voluntad depende la silueta de tu cuerpo. ¿Quieres una barriga redonda y llamativa o un estómago arrugado como el lavadero de tu casa?
1 comentario:
..... ???? ....
OKEY!!!!
No juegues Hernan, esta vez no comprendi el sentido del texto sino hasta casi llegado el final. ¿Sera porque estoy algo cansao? ¿O porque tengo sueño despues de la bien merecida comida? No lo sé. Pero la realidad fue esta, hasta el final entend el sentido "sarcastico?" del texto. jejejejejejeje.
Interesante. Sin embargo confieso que por muy interesante que hayas descrito el tener una barrig redonda, yo elijo ese estómago arrugado que no termina de dejarme de gustar. JAJAJAJAJA.
Por otra parte, mine friend, one question: ya no se si es satira, pero a que te refieres por "brasier"? Hasta el momento solo conozco uno y su sinónimo es sostén, pero no se si en verdad exista algo así, so can you explain me please?.
Un abrazo
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