Mal sutra de la buena la Fe.

"El poeta miraba tanto al cielo, que un día le salió una nube en un ojo".

Puede resultar sorprendente el que aún haya, en esta megalópolis altamente tecnologizada, escéptica y cientificista, personas por acá y por allá que se han clavado en diferentes formatos de espiritualidad, diferentes al Catolicismo institucionalizado y muy cercanos a lo que llaman lo pagano. No por nada viene del Vaticano la preocupación de estar perdiendo feligreces, ya sea en manos de las nuevas sectas express que prometen, con éxito, un mayor sufrimiento y flagelación de lo que la fe cristiana ya aseguraba de per se; o a manos de creencias e ideologías tanto más panteístas como la que profezan los wikanos y otros new agers, en general.


La nueva era: suena bonito el apelativo, sobre todo cuando te distingue de entre los que tienen credos más convencionales.

Pasó con el Budismo que tubo un boom generalizado. De repente el ir a estudiar Budismo era, básicamente, ir más alla de una religión dogmatizadora. No se trataba de una religíon, sostenían los interesados, sino de una ideología. Y efectivamente. Ser budista ya investía a la persona de un cierto carácterintelectual y tendiente a la izquierda, librepensador y crítico hacia el sistema social.

De ahí que muchos budistas fueran población cautiva de ciertos establecimientos en la Condesa, Coyoacán y, ¿porqué no?, también de los cafesitos launch de Polanco. Claro, quien concive a un albañil Budista en el corazón de la Ciudad de México, o una sexo - servidora que de buenas aprimeras te hablara del Karma.

De ahí que pueda seguirse una triste realidad, las alternativas ideológicas existen para quien pueda pagarlas; material o simbólicamente. Si perteneces al Pueblo... pueblo, lo más que te queda es ser Guadalupano o católico ortodoxo. Hay más de los primeros que de los segundos.

La Guadalupana. No me digan que es de catolicismo puro. Nop, lo dudo. La Virgen de Guadalupe tiene tanto punch en México porque es un avatar de la Madre Tierra que desde el orígen aquí, en estas tierras infieles, venía siendo venerada. Cuando es prohibido por el clero tan pagano culto, los indígenas, nada tarugos, solo cambiaron el nombre de las cosas. Ok, dijeron, ahora le diremos Virgen; al cabo que el título sonaba simpático y equivalía a que a todos los habría de querer por igual.

Y como el Catolicismo proveía de un excelente bonche de santitos, pues la opción fué empatar a cada uno de ellos con el dios de las cocechas, con el de los muertos, con el de los amoríos y todo un prolongadísimo etcétera.

Qué, ¿Aun hay quien sostiene que el Catolicismo es monoteísmo por ultranza?

Y de este culto traducido surge magia, magia auspiciosa y frecuentemente de buena fortuna, donde por medio de los Santos y de rituales a la Virgencita la gente se puede hacer de buenos milagros. La fé mueve montañas.

Pero si a satitos vamos, porque no dar un vistazo a los Santeros. Ellos que de inicio vinieron de Cuba y el Caribe y que antes de eso se llegaron de las negras tierras de África, vestidos de esclavos zandungueros.

Los santos. La misma raíz en Haiti se volvió el Vudu, pero en México es un culto mayoritariamente positivo. Con sus magias, sus altares, sus bautizos y rituales para encontrarse con el santito del que se es hijo. Se dice. A mi me cae bien Yemnaya, la orisha o santa del mar, pero cada quien tendrá su preferencia, o mejor aún, cada quien será de la preferencia de algun Santo. Habría que ver.

La cosa se apesta cuando llega el Palo, los Paleros. Esa división de la santería que pone sangre en los altares, que amarra, que va más alla de los santitos para controlar, dicen, las sombras de los muertos que vagan penando en ese limbo. Se dice que les prometen ofrendas de las cuales alimentarse para hacer un trabajito dado. Lastimar a alguien, ocultar algo, matar...

Hacen lo que le llaman magia. México es un país tremendamente mágico, y ya sólo hablñando de las ciudades, porque si nos vamos a la sierra o a la costa la cosa se pone el triple de interesante. Ahí, donde lo prehispánico vive y colea sin el menor empacho, disfrazado, posiblemente de Catolicismo, pues la fé de los Frailes nos llegó hasta abajo de las narices.

Pero de vuelta a la ciudad, por ejemplo, a Veracruz, ¿que tal la Santa Muerte? Esa mujer hermosa que a veces se ve acompañando a sus cultistas, elegante, imponente y fantasmal. Esa que perciben como amante implacable con la que un día partirán en eternas nupcias. Con ella también se hace magia, de la buena y de la mala.

Pero no hay que velo tan ajeno. Los hombres inventaros las plegarias para hacer que cosas pasaran, saltándose la lógica secuencia de las causas y los efectos. Uno le rezaba a diosito y si pegaba, diosito, el santo o los ángeles, que igualmente estan bien de moda, le hacían a uno el favorcito, el milagro, y las cosas volvían a sernos favorables. La magia es fé manifestada, o... ¿es que la fé es mágia práctica?

Vivimos tiempos en los que no se sabe nada del futuro, del pasado nos queremos olvidar a toda costa, y del presente; bueno, de su presente unos saben más y otros no saben nada, pero hay incertidumbre. De repente el impulso sería a desear que alguien nos protegiera, como cuando niños, que una fuerza superior a nosotros nos cobijara y nos dijera que nada pasara, que estamos bien y guarecidos de las interperies del detino. Seria lindo.

Pero no sucede así. Hay que seguir luchando por nuestra cuenta y resignarnos a que ya nadie se hará cargo de las riendas de nuestra vida, que somos los inalienables arquitectos de nuestro destino. Menuda responsabilidad. Mejor soñar con que hay algo allá arriba que cuida de nosotros, que asume nuestros errores -y a veces tambien nuestros éxitos- y recibe nuestras consecuencias. Es ríco, ¿no?, comodo.

Pero ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre. ¿Que tan ciertas son las líneas de arriba? Y ¿si, sí lo hubiera? ¿Que tal que alguien, efectivamente, escuchara cuando entre el silencio de nuestros pensamientros se nos escapa un "Gracias"? O cuando tenemos ese atisbo extraño de todo marchará bien, maigre tout.

Bien. Si esto no es tan correcto y, en efecto, hay un dios que escucha, un santo que atiende o un guardián que se preocupa, entonces no hay que cargarles la mano, despues de todo, quien arribó a este fascinante mundo para aprender es uno.

1 comentario:

ninocrono dijo...

Magia, fé, milagros, dioses... ¿No te digo muchacho? Tomas temas muy interesantes, los abres, los desnudas, los retuerces y les saca jugo; para que quien lo desee venga y te escriba unas lineas sobre lo que hiciste, jejejejeje.

En lo personal, yo no creo en un dios o algo así, según yo no tengo religión (salvo que fui bautizado, pero eso no vale, por que nunca practique la religión...???? es más ni siquiera sé si fui bautizado como catolico o cristiano!!!! Jejejeje). El punto es que por azares del destino, digamos que no manejo ninguna religión en si, más bien tomo lo que me llama la atención de alguna y si me gusta lo agendo a mi ser.

Es por ello que te puedo decir que yo si creo en la magia, pero en la magia de las palabras y del pensamiento. Si no fuera así, no te estaría escribiendo nada aquí, jejejeje (luego te explico, si lo deseas). Por lo que ya se trate de hadas, de milagros o magia; creo que si una personas lo cree y lo dice y lo piensa, tarde o temprano se termina materializando.

Por lo que en lo que creo yo es en lo que cree la gente, creo en el poder de creación personal. En esto creo. Si creen en un dios castigador, eso tendrán; si creen en un dios benevolente, eso tendrán; si creen en el karma, eso tendrán ó en mi caso si creen en la fuerza y energía de las palabras, entonces de vuelves algo cauteloso con lo que piensas y así no atraer lo que no queires, JAJAJAJAJAJAJA!!! Ni modo es le precio a pagar: ser conciente!